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Hola, ¿es el enemigo?

Hola, ¿con el enemigo?
¿Cuándo planean avanzar?
¿El domingo? ¿A que hora?
No, a esa hora estamos todos acostados…
¿No podrían hacerlo por la tarde?
Despues del fútbol…
¿Van a venir muchos?
Yo no sé si habrá balas para tantos…
Bueno, nosotros las disparamos y ustedes se las reparten…

El magnífico maestro del humor, Q.E.P.D., Gila, se burlaba de las confrontaciones violentas haciendo uso de su surrealismo más socarrón en una de sus intervenciones humorísticas más conocidas. Hoy, parece difícil tomarse a broma tales palabras.

«El enemigo», según Don Antonio Moreno, Jefe de Policía del País Valencià, está compuesto de menores y jóvenes que se manifiestan en las calles de la Comunidad Valenciana porque están hartos de ir a clase con la bata de andar por casa y cargados con mantas en lugar de libros en las mochilas, porque la Administración no paga el mantenimiento de los centros y no tienen ni para papel higiénico.

Las imágenes del Lluís Vives, con jóvenes que ni siquiera tienen edad de votar con la cabeza abierta, sangrando por la nariz… o peor, sus abuelos, abuelas, madres y padres, que se manifiestan junto con ellos en contra de los recortes contra la educación pública, han dado la vuelta a España, y al mundo. Todos ellos son «el enemigo», porque representan a la población que comienza a despertar de su letargo y a darse cuenta de que el sistema en el que viven no les representa, les maltrata y les subyuga. Son «el enemigo» porque empiezan a quejarse, porque empiezan a defender sus derechos más básicos. Y de nuevo, el sistema, como ya hacía antes de esto a lo que llamamos «democracia», los trata como «el enemigo», llenando las calles de sangre.

Lo mismo pasó hace menos de un año, cuando en la Plaza Cataluña de Barcelona, los Mossos D’Esquadra atacaron a la muchedumbre de ciudadanos y ciudadanas que se aglutinaban en las calles que les pertenecen. Aquellas imágenes fueron duras, pero ver a menores con la cabeza abierta ha llegado a revolver las tripas hasta de los inertes del PPSOE. Lo único que esperamos los ciudadanos es que las cosas se arreglen, que vuelva a haber papel higiénico en las letrinas de los colegios, que los centros de estudios vuelvan a tener calefacción… Y nos pegan y nos hacen sangrar por ello.

Pero no perdamos de vista que hace poco menos de un año tuvimos una gran oportunidad de remediarlo. Hace poco menos de un año, valencianos, castelloneses y alicantinos tuvimos la oportunidad (como gran parte de España) de cambiar el gobierno de nuestra región. El discurso actual del PP («Los recortes son necesarios por culpa de la herencia que nos dejó el PSOE») no funciona en la Comunidad Valenciana. Aquí ellos son los que han manejado el cotarro durante más de quince años, y son ellos los que nos han dejado esa «herencia». Pero claro, no interesa que se sepa que en realidad, ellos son «el enemigo».

Poco a poco la sociedad despierta. Después de las elecciones locales y autonómicas vinieron las generales, que derivaron el voto de los descontentos con el PSOE no al tradicional PP (a ellos fueron poco más de medio millón de votos) sino a nuevas fuerzas políticas que ahora tienen la posibilidad de hacer ruido y denunciar la pasividad y complicidad de los poderes tradicionales. Fuerzas que están en sintonía con la ciudadanía y que ayudan a despertarla, de manera que se den cuenta de que ahora tienen aliados contra el verdadero «enemigo».

Nuestro Congreso está gobernado por PP y PSOE, pero han perdido poder, y seguirán perdiéndolo mientras sigan mirándose a sus ombligos y sigan considerando a la ciudadanía «el enemigo». En realidad, somos más, y tenemos el derecho y el deber de defender nuestros derechos, y lo seguiremos haciendo aunque nos abran la cabeza por hacerlo. Porque «el enemigo» son ellos.

Como Gila, nuestra clase política, los que nos ven como «enemigos» no se esperaban que fuéramos tantos, ni que fuéramos a aparecer de golpe… pero tampoco se esperaban ser ellos el verdadero «enemigo» de la decencia, el derecho, y la razón. Pueden usar balas, porras o gases, pero seguiremos en las calles, y cada vez seremos más.

Mucho cuidado.

#votaaotros